Al hablar de la situación de PEMEX, tenemos que reconocer que es una responsabilidad compartida de las últimas administraciones del país, no solo de AMLO.
La producción de crudo de PEMEX bajó 0.9% en el 2020, con una producción de 1.664 millones de barriles diarios.
Esta cifra representa la menor extracción de aceite desde 1979, cuando se produjeron 1.461 millones de barriles diarios.
Llevando a cabo un análisis más profundo, encontraremos que la situación de la pandemia golpeó fuertemente al sector petrolero en todo el mundo.
Sin embargo, para México significó un registro nacional con 16 años consecutivos en descenso.
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Según datos de producción de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), al cierre del año pasado, la producción nacional ha caído 21%, desde que se reportó la primera producción de un operador distinto a PEMEX, en 2016.
Finalmente, recordemos que PEMEX todavía colabora en 92% de la producción petrolera del país a nivel nacional.
53 mil 894 barriles diarios de crudo, fue la producción promedio de los contratos con participación privada en el 2020; 41% más que en 2019.
Con estos datos podemos cuestionarnos qué tan conveniente es que el gobierno federal siga invirtiendo tantos recursos a la paraestatal mexicana.
Tal vez, sería más redituable invertir en energías renovables. Las energías que ya comienzan a mover al mundo.
Es cierto, no todo es culpa de la actual administración de López Obrador. PEMEX ya estaba prácticamente quebrada cuando AMLO llegó al poder ejecutivo.
Sin embargo, sí será de su exclusiva responsabilidad el seguir invirtiendo millones de recursos en el rescate de PEMEX.
En pleno 2021, hay otras prioridades, como el sector salud, que a gritos pide una inyección considerable de recursos.