Debido a la falta de certeza jurídica, al cambio de reglas aún con contratos firmados, Iberdrola levanta la mano y le dice al gobierno mexicano “si no quiere que invirtamos, no lo haremos”. La Inversión energética sigue con focos de alerta
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“Si México no cambia marco regulatorio, dejaremos de hacer inversión”. Así lo dijo Ignacio Sánchez, presidente de la eléctrica española Iberdrola.
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Es preocupante, pero la inversión energética en México está comprometida.
Desterrar la corrupción en México que se postró durante sexenios pasados, está bien. ¿Pero a qué costo? ¿al costo de perder nuestra certeza jurídica?
No nos vaya a pasar que por mucho tratar de desterrar la corrupción perdamos una de las bases para atraer inversión privada: certeza jurídica.
Si el gobierno mexicano quiere recibir inversiones, Iberdrola lo seguirá haciendo, pero no iniciaremos nuevos proyectos en México si el gobierno mexicano no quiere que siga invirtiendo allí.
Ignacio Sánchez Galán
El presidente contestó
Parece que el único pendiente para AMLO es terminar la corrupción, pues lejos de ofrecer un discurso conciliador, hoy volvió a reiterar que se acabaron los tiempo en los que prevalecía el interés privado.
La postura de Iberdrola es clara.
La empresa española desea seguir realizando inversiones en México, solo pide se respete la ley y exista certeza jurídica. ¿Sin estas condiciones quién se va a atrever a seguir invirtiendo en el país?
En junio pasado Iberdrola canceló una inversión de $1,200 millones de dólares. Con esta decisión, sencillamente se perdió la oportunidad de generar 2 mil empleos en Tuxpan, Veracruz.
Según información del gobierno municipal de Tuxpan, esta decisión obedeció a la falta de proveeduría de gas.
Iberdrola cuenta con más de 20 años de experiencia en México. Tiene una capacidad instalada de 8,543 megawatts en 20 centrales de ciclo combinado, parques eólicos y fotovoltaicos en 15 estados de la República.
AMLO, ha señalado en repetidas ocasiones que esta empresa fue una de las grandes benefactoras de la corrupción en años pasados.
Coincidimos con la idea de erradicar la corrupción de México en estos acuerdos (si es que la había), pero se debe cuidar con el mismo esmero las relaciones que fomentan la inversión privada y la generación de empleo.