El Presidente Joe Biden ordenó el bombardeo de campamentos civiles en la frontera de Siria. Según el Pentágono, estos campamentos son en realidad bases del grupo Kata’ib Hezbollah, milicias terroristas financiadas por Irán.
Este ataque es el primer bombardeo que lleva la firma de Biden y el primer ataque a Siria en casi 2 años. Según el Pentágono, el ataque fue en retribución luego de que milicias del grupo Hashd Al Shaabi lanzaran cohetes sobre la Zona Verde de Bagdad; donde se ubica la Embajada de Estados Unidos en Irak.
El informe del Departamento de Defensa calificó la acción como una “respuesta militar proporcionada” que se tomó “junto con medidas diplomáticas“; incluida la consulta con los socios de la coalición.
Uno de los temas que más llama la atención es que Biden había prometido en campaña nunca tomar una acción militar sobre otro país sin consultar al Congreso; algo que desde George W. Bush los presidentes estadounidenses dejaron de hacer.
Pero parece que todo quedó en la campaña, ya que esta vez tampoco hubo un pedido al Congreso, y, según reportan fuentes internas de la Casa Blanca, ni la vicepresidenta Kamala Harris ni el secretario de Estado Anthony Blinken habrían estado en la mesa que tomó la decisión.
Por otra parte, el gobierno de Siria afirmó que el bombardeo perpetrado esta madrugada por Estados Unidos en el este del país árabe, presuntamente contra milicias proiraníes aliadas de Damasco, traerá “consecuencias” que incrementarán la tensión en la región.
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