La Procuraduría de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) detuvo a siete agentes de la policía municipal de Progreso de Obregón, involucrados con la muerte de la médica Beatriz Hernández, quien perdió la vida al interior de las barandillas del municipio tras haber sido detenida por un accidente automovilístico sin respetar los protocolos establecidos.
Entre las 3 mujeres y 4 hombres detenidos se encuentran policías municipales y auxiliares administrativos, entre ellos la directora del área. La detención se llevó a cabo alrededor de las 5 de la madrugada de este día en un operativo en el que participaron alrededor de 50 agentes que llegaron a bordo de 10 patrullas.
La detención de los agentes municipales fue considerada por el ayuntamiento de Progreso como una “privación ilegal”, debido a que, según el municipio, su personal acudió voluntariamente a declarar para coadyuvar con el esclarecimiento de los hechos.
El municipio informó a través de un comunicado que el municipio fue despojado de su armamento, acto que acusan de ilegal porque consideran que debería ser efectuado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Ante estos hechos, el edil Armando Mera Olguín cedió todas las funciones de seguridad pública a la Guardia Nacional para garantizar la seguridad del municipio, esto debido a que el ayuntamiento de Progreso es el único de los 84 municipios hidalguenses que no está integrado al mando coordinado.
Asimismo, el alcalde morenista calificó este operativo como una “evidente persecución política”, así como el día de ayer acusó un “linchamiento mediático” de las dos mujeres policía que participaron en la detención y que la manifestación que protagonizaron los familiares, amigos y colegas de Beatriz Hernández se trató de “un grupo de personas pagadas para el golpeteo político que azuzan un linchamiento mediático contra dos mujeres policías que solo hacían su trabajo”.
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