Al término de su participación en Tokio 2020, las jugadoras del equipo de sóftbol mexicano decidieron tirar su uniforme, pero llevarse otros objetos.
De no haber sido por las boxeadoras Brianda Cruz y Esmeralda Falcón, nadie se hubiera enterado que el equipo femenil de sóftbol de México decidió deshacerse de los uniformes de la Delegación Mexicana.
“Este uniforme representa años de esfuerzos, sacrificios y lágrimas. Todos los deportistas mexicanos anhelamos portarlo dignamente, y hoy tristemente el equipo mexicano de sóftbol lo dejó todo en la basura de las villas olímpicas”, publicó Cruz en su cuenta de Twitter.
“Quizá para algunos de los compañeros deportistas signifique: ‘nada’ estos uniformes para muchos otros representan nuestros años de trabajo, dedicación, amor y pasión. Qué pena que el equipo de softball mexicano no lo vea así”, comentó Falcón en sus redes sociales.
Esto sin duda causó revuelo en redes sociales, tanto que hubo quienes acusaron que los mandaron a la basura porque hay jugadoras mexicoamericanas, de hecho, desde el primer partido que el equipo perdió ante Canadá, la afición mexicana mostró cierta molestia por tener integrantes no nacidas en México.
Por su parte, la Federación Mexicana de Sóftbol emitió una postura, primero había indicado en su cuenta de Twitter que quedarían vetadas las jugadoras que hicieron esa acción, posteriormente fue borrado el tuit y postearon un comunicado, explicando que se llegarán hasta las últimas consecuencias.
«La cantidad de equipo deportivo que deben cargar cada jugadora no es motivo para haber tomado esa decisión», explica el documento.
«Estamos igualmente indignados con las jugadoras y se llevará a cabo una investigación para encontrar a las responsables de estos actos y dejen de representar a esta federación”, se lee en el escrito, pidiendo una disculpa a las personas que se sintieron ofendidas.
Comunicado: pic.twitter.com/4nYttWH2EZ
— Fed Mex Softbol (@SoftbolMX) July 29, 2021
Y lo que llama más la atención es que las jugadoras prefirieron llevarse cobijas y almohadas de la Villa Olímpica, por lo que el exceso de equipaje o carga no puede ser un motivo de excusa.
El presidente del Comité Olímpico Mexicano, Carlos Padilla, consideró este hecho como un “agravio” al país que las cobijó para participar en la justa veraniega, y agregó que si no querían los uniformes, los hubieran donado a quienes más lo necesitan, como muchos atletas estilan en muchas ocasiones en solidaridad al país donde se acude a competir.
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