Josetxo Zaldua Lasa, coordinador general de La Jornada, murió este martes a los 70 años.
De acuerdo con información del medio, el periodista combatía un proceso cancerígeno que le fue detectado durante la pandemia de COVID-19.
Fue integrante del equipo fundador de La Jornada en 1984.
Así como corresponsal en Nicaragua durante los años duros del proceso revolucionario y la contrarrevolución. Reportero de asuntos internacionales y finalmente editor.
Durante los meses de la pandemia le fue detectado un proceso cancerígeno. Se mantuvo al pie del cañón hasta sus últimas fuerzas.
Días antes de su muerte dedicó unas palabras por el aniversario de la fundación del diario, en las que recordó los inicios en el periódico y cómo trabajó, junto con el equipo, para superar lo que llamó “la fase crítica” de la publicación.
Hace apenas unos días compartió en sus redes sociales lo siguiente, a propósito del aniversario del diario.
“Decir 37 no dice nada, salvo que los numeritos estén ligados a un hecho digno de atención. Es el caso: hoy cumplimos 37 años trabajando sin reservas para La Jornada.
Antes del mítico número 0, vaticinaron que nacíamos en urgencias, y así fue. A fuerza de golpes de riñón salimos a terapia intermedia coincidiendo con una avalancha de acontecimientos que cimbraron al mundo político y financiero. Por no hablar de los militares.
Ya La Jornada había superado la fase crítica y, con la mente abierta y las plumas como estiletes, nos lanzamos a contar a la gente lo que veíamos.
Internamente no fue un camino de rosas, consustancial a los periódicos, pero la gente leal nunca dejo que nos dañanaran. Hubo deserciones empujadas por la ambición y resistimos. Nos levantaron bulos imposibles de probar; en suma, trataron de rompernos éticamente.
Pero aquí estamos con nuestros 37 fantásticos años hablando por nosotros. Pero nosotros somos nada sin ustedes. Nos comprometemos a seguir peleando y a seguir dando la voz a quienes se la niegan.
Gracias infinitas por su lealtad y larga y hermosa vida para todos”.
Josetxo Zaldúa acababa de cumplir 70 años. Le sobreviven su esposa Sandra García y su hija Amaia Zaldúa García.