El empleo informal en México ocupa el 51% de las personas capaces de trabajar en el país, por lo que este sector de la población es el más grande económicamente hablando. Sin embargo, también fue el más golpeado cuando la pandemia por Covid-19 llegó a nuestro territorio. Aun así, una cuarta parte de los asalariados mexicanos cree que podrían tener un mejor sueldo en la informalidad.
La informalidad trae consigo enormes retos que afrontar, tales como la falta de derechos mínimos del trabajador, no contar con seguridad social, no tener una estabilidad económica y muchos otros factores que vienen de la mano con trabajar de manera informal.
Aun así, de acuerdo con el Termómetro Laboral de OCC Mundial, el 25% de los trabajadores mexicanos dejarían sus puestos en empresas para incursionar en el trabajo informal, ya que creen que de esta forma su sueldo sería mayor y además, tendrían mayor disponibilidad de tiempo.
Durante la pandemia, el trabajo informal ha sido un refugio frente al desempleo. En octubre 1.2 millones de personas se sumaron a la población ocupada, el 60% de este crecimiento se concentró el en trabajo por cuenta propia y 27% en el trabajo no remunerado, según las cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
En dicha encuesta, el 37% cree que la informalidad va de la mano con la falta de oportunidad en las empresas. Por un lado, trabajadores jóvenes que no tienen la experiencia necesaria y por el otro, empleados de edad avanzada que ya no funcionan para las necesidades de la empresa.
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“Así, las personas ven la comodidad que ofrece el empleo informal, donde uno mismo es su jefe estableciendo el horario, ubicación y metas, por lo tanto, estos factores se transforman en mejores ganancias para uno”, indica el Termómetro Laboral.
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