La reforma eléctrica planteada por nuestro presidente, Andrés Manuel López Obrador, será una bomba de tiempo que además de causar un aumento por encima del 1,000% en el uso de algunos combustibles fósiles, enterraría por completo a otras alternativas más limpias para generar energía.
El Laboratorio Nacional de Energías Renovables de Estados Unidos publicó un estudio hace un par de días en donde se plantean distintos escenarios haciendo total uso de la reforma eléctrica en México, la priorización de las centrales y las consecuencias que esto traería.
En su primera observación, el Laboratorio proyecta un escenario en donde se garantice que la CFE tendrá un nivel máximo de producción en todas sus plantas, mientras que su último escenario plantea que éstas tendrán una máxima utilización y por ende, le quitarán prioridad a los contratos de Productores Independientes de Energía (PIE).
Sin embargo, en todos ellos existe una constante, y eso es que aumentará de manera exponencial el uso de combustibles fósiles en el país, haciendo énfasis en el combustóleo, un subproducto de la refinación que produce Pemex y que de acuerdo con declaraciones de algunos funcionarios, se ha convertido en el oro de esta administración, puesto que ayuda a la creación de una cadena de suministro entre ambas empresas estatales.
Ante esto, el Laboratorio Nacional de Energías Renovables estima un alto incremento del combustóleo, un 823% en su panorama más conservador y en hasta 1,109% en un escenario máximo.
El escenario número 2 proyectado por los investigadores estadounidenses plantea un giro interesante, y ese es que la CFE, al igual que a los Productores Independientes de Energía, se les otorgue un nivel mínimo de producción y la utilización de centrales baratas.
Y mientras que otros países con metas ambientales se han comprometido a reducir el uso del carbón en su creación de energía, México cuenta con tres plantas carboníferas administradas por CFE, siendo este elemento el que tendría un aumento importante de entre 47.2 y 129.6% según el estudio.
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¿Y qué pasa con las alternativas más amigables con el medio ambiente?
Pues aunque la reforma eléctrica no sacará totalmente del juego a la energía solar o eólica, sí la dejará hasta el final de las opciones, teniendo un nivel importante de reducción en el Estado. Y, de acuerdo a los investigadores, se dejaría fuera hasta el 90.93% de la capacidad de generación eólica y solar que hay en México.
El aumento en la utilización de combustibles fósiles traerá consigo algo más que evidente, produciendo de manera importante las emisiones de los gases que desembocan en el efecto invernadero. Según el Laboratorio, el dióxido de carbono aumentaría entre 29.4 y 73.5 %.
En un panorama completo, México pasaría de producir 112,791 millones de toneladas de dióxido de carbono al año a 186,308 millones de toneladas.
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