El ejército ruso ha logrado entrar a Kiev, tomando el control de varios puntos de la ciudad y bombardeando edificios de gobierno. Por ahora, la ciudad resiste como puede, mientras que Volodimir Zelenski pide ayuda internacional.
En menos de dos días las fuerzas armadas de Rusia, por orden de Vladimir Putin, han alcanzado la capital de Ucrania, dejando a su paso un rastro de fuego y balas que ha desplazado a decenas de miles de ucranianos.
La capital resiste entre soldados ucranianos, civiles armados y mensajes políticos de Volodimir, quien le pide a la ciudadanía que se una a la lucha. Sin embargo, poco o casi nada se puede hacen ante el poderío armamentístico de Rusia.
Así, tras la entrada de un grupo de fuerzas especiales rusas, Putin emitió un mensaje a sus tropas, pidiéndoles que tomen el control entre sus manos.
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“Tomen el poder entre sus manos. Me parece que será más fácil negociar entre ustedes y yo”, lanzó Putin en un comunicado que se transmitió en la televisión rusa.
Vladimir también ha lanzado un par de comentarios despectivos en contra de Zelenski y su gobierno, catalogándolos como “una banda de drogadictos y de neonazis, que se ha instalado en Kiev y toma como rehén a todo el pueblo ucraniano”.
Según Putin, su ejército no está combatiendo a militares ucranianos, sino a “formaciones nacionalistas que se comportan como terroristas, quienes usan a civiles como escudos humanos”.
Sin embargo, Rusia está dispuesta a negociar con Ucrania y detener sus ataques, pero solo si entregan sus armas.