Aunque en muchas partes del mundo la situación por la pandemia de COVID-19 se ha controlado, en China aún existen problemas con este virus, y es que un nuevo brote ha hecho que la ciudad de Shenzhen se encuentre confinada.
El pasado domingo las autoridades de Shenzhen anunciaron un nuevo periodo de confinamiento, ya que el brote de Hong Kong comenzó a causar estragos en la región que se ubica al sur de China.
Así pues, 17 millones de personas se encuentran confinadas dentro de sus hogares, además de que una de las gigantes empresas fabricantes de productos de Apple, Foxconn, tuvo que cerrar sus puertas temporalmente debido al riesgo de contagio.
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Hasta el momento hay 10 ciudades con restricciones, en donde destacan Shanghái y Pekín. Y aunque la política cero COVID está presente desde 2020, las autoridades sanitarias han amenazado con que se podrían tomar medidas más serias para detener este brote.
Hasta ahora, China ha conseguido controlar los brotes esporádicos mediante confinamientos locales, test masivos y el control de su población con aplicaciones de seguimiento. Las fronteras del país permanecen prácticamente cerradas.
“Es muy importante que China siga adoptando la estrategia covid cero en un futuro próximo”, escribió el virólogo Zhang Wenhong en las redes sociales. “Pero esto no significa que vayamos a adoptar permanentemente la estrategia de confinamiento y test masivos”, añadió.