Han pasado dos años desde que se reportó el primer caso por COVID-19 y claro, la primera muerte. En este tiempo México ha sido de los países en todo el mundo con más porcentajes de fallecimientos relacionados directa e indirectamente por Sars-Cov-2. ¿Pero qué significa que exista un “exceso de muertes“?
De acuerdo con la Secretaría de Salud, entre 2020 y el primer mes de 2022, ha habido 667 mil 240 muertes en exceso, superando las proyecciones realizadas por dicha dependencia de Gobierno. Y es que el término “exceso de muertes” se usa cuando el número de muertes por cualquier causa sobrepasa a la media de fallecimientos de años anteriores.
“En un periodo normal, en México esperaríamos alrededor de un millón 500 mil muertes, pero ante un fenómeno epidémico como COVID, que provoca más defunciones de las esperadas se produce esto que se conoce como el exceso de mortalidad”, explica Mauricio Rodríguez, vocero de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia por Coronavirus de la UNAM.
Sin embargo, y aunque México está en el top 10 de muertes por COVID en todo el mundo, éste poquito más de medio millón de defunciones no fueron todas causadas directamente por la enfermedad, pero que debido al contexto de la pandemia, pudo influir para que se produjeran.
De acuerdo con Alejandro Macías, especialista en medicina interna e infectología y ex comisionado contra la influenza en México y Malaquías López, epidemiólogo e integrante de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia por Coronavirus de la UNAM, explican que este año el exceso de mortalidad será menor, pero que dependerá de la eficiencia de los servicios de salud.
Y es que seamos honestos, al arrancar la pandemia, México contaba con un sistema de salud deficiente, gran porcentaje de la población tiene alguna enfermedad crónica y existe una fuerte cultura de remedios caseros con el fin de evitar ir, a toda cosa, a un hospital. En parte, por la desconfianza hacia el sistema de salud.
Además, de acuerdo con Macías, “muchos de esos pacientes (con enfermedades crónicas) desatendieron sus manejos. El confinamiento hizo que no salieran y en las instituciones estaban muy ocupados atendiendo a los pacientes de COVID, esas muertes indirectas, por falta de atención, al final se suman al exceso de mortalidad”.
Pero, con esta evidencia, ¿por qué la Secretaría de Salud continúa reportando que solo ha habido 300 mil 386 muertes por COVID-19 en estos dos años de pandemia?
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Un estudio hecho por The Lancet señala que, en todo el mundo, la mortalidad real por la enfermedad y los datos publicados están sujetos a un infradiagnóstico, ya sea por pruebas insuficientes, desafíos de notificación o una mortalidad más alta de lo esperado por otras enfermedades.
Con esto, al menos en México, se muestra que una proporción sustancial del exceso de muertes no podría atribuirse a la infección por SARS-CoV2, teoría que también comparte Malaquías López.
En concreto, los datos arrojados por las instituciones únicamente son estimaciones, y dependiendo el país se basan en metodologías diferentes, tratando así de encontrar un número aproximado de las muertes. Pero, determinar la cifra exacta de fallecimientos por COVID-19, aun en plena pandemia, es difícil de registrar.
Y aunque Mauricio Rodríguez, de la Comisión COVID de la UNAM, señala que México tiene un registro puntual sobre las muertes en exceso, Malaquías López dice que sí hay fallas en la información que se registra en México, puesto que los certificados de defunción no son emitidos únicamente por médicos, también lo son por las funerarias, lo que altera los datos en pro de lo que le conviene a la familia del o los fallecidos.