A pesar de sus fuertes medidas sanitarias y básicamente, su desconexión con el mundo exterior, Corea del Norte presenta un fuerte brote de COVID-19, pero ya saben como se originó.
De acuerdo con el gobierno coreano, una investigación epidemiológica habría rastreado el origen de los casos hasta la frontera sur, pues algunos de sus residentes habrían estado en contacto con “objetos extraños”.
Según informó la agencia estatal KCNA, el brote se originó en la aldea rural de Ipho, zona que se encuentra en el sur del país a unos 9 kilómetros de la frontera intercoreana.
El artículo dice que “a principios de abril, un militar de apellido Kim (de 18 años de edad) y un niño de jardín de infancia de apellido Wi (de 5 años) tuvieron contacto con algunas cosas extrañas en una loma alrededor del cuartel y de la aldea y se observaron en ellos las características clínicas que se consideran síntoma principal del COVID-19″.
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Según esto, los científicos de Corea del Norte aseguran que el brote se dio por basura que voló desde otras zonas, lo que ha sido catalogado por la comunicad internacional como algo improbable.
Hasta el momento Corea del Norte ha reportado a 4,74 millones de sus ciudadanos con “fiebre”, pero que el 99 % se ha recuperado y solo unos 8,130 están en tratamiento.