Tomar acciones inmediatas para salvaguardar la vida de socios cooperativistas, trabajadores y sus familias, así como de pobladores de las comunidades aledañas a la planta cementera de la Cruz Azul en Hidalgo, pidió al presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, el presidente del Consejo de Administración de la cooperativa, Federico Sarabia.
“Señor Presidente, en la planta de Tula de La Cruz Azul podría haber una nueva masacre”
Señalaron.
Lo anterior, luego de que la madrugada de este lunes el grupo disidente envió un grupo de choque integrado por más de 500 personas, al parecer integrantes de varios sindicatos de la Ciudad de México, para quitales el control a los cooperativistas.
Federico Sarabia hizo un respetuoso llamado a la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, “para que implemente operativos que impidan que grupos de sicarios contratados salgan de la capital del país.”
Señaló que es “es preocupante que los diversos ataques a la planta de Tula hayan sido organizados desde la Ciudad de México, es por ello que solicitamos respetuosamente a la Jefa de Gobierno implemente operativos para impedir su organización y también haga trabajos de inteligencia para ubicar y detener a los responsables”.
Tenemos la certeza, dicen, de que en la zona había cámaras del C5 que pudieron prevenir la concentración y el avance de este grupo antes de salir de la Ciudad de México, aseguraron los socios cooperativistas.
Los socios cooperativistas de La Cruz Azul, administradores legales y legítimos de la planta de Tula de Allende, Hidalgo, argumentan, hacen un respetuoso, pero enérgico llamado al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, para que gire instrucciones a fin de reforzar las medidas de seguridad en torno a las instalaciones de la planta.
“Toda vez que existen elementos de prueba que indican la posibilidad de que ocurra una nueva masacre, mediante una toma violenta con sicarios y grupos de choque contratados y organizados desde la Ciudad de México, como sucedió el pasado mes de abril, cuando hubo 10 muertos y varios heridos.”
Y destacan que es claro que el conflicto de La Cruz Azul pasó de ser jurídico a ser un tema de seguridad. Y refieren que el día de hoy, gracias a la Secretaría de Seguridad Pública del estado de Hidalgo y al trabajo de seguimiento de diversos compañeros, se pudo desactivar el intento de un grupo de alrededor de 500 agresores, quienes, organizados en la Ciudad de México, salieron en 17 camiones y alrededor de 20 taxis a la planta de Hidalgo para tomar las instalaciones por asalto, lo que habría generado una nueva masacre.
El líder cooperativista señaló que se cuenta con elementos de prueba para afirmar que dicho grupo de asalto portaba armas largas, cortas y punzocortantes, así como palos y piedras, lo que confirma que iban con la instrucción de tomar la planta a costa de lo que fuera, incluso de vidas humanas.
Finalmente, señalaron que un reflejo de la impunidad con la que diversas autoridades permiten que se mueva el grupo de José Antonio Marín y Víctor Velázquez es la contratación pública y sin consecuencias de grupos de choque y sicarios, equipados con armas de alto poder, para enfrentar a familias que buscan mantener su patrimonio social de manera honesta y limpia, a pesar de que en abril pasado hubo 10 muertos, heridos y una afectación al proyecto de economía social de La Cruz Azul por el intento de asalto a las instalaciones de la cementera en Tula.
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