La vacunación infantil en México se ha visto atropellada por fallas en la infraestructura, la falta de personal y la poca responsabilidad de los proveedores designados por el Gobierno Federal.
Durante la última década los esquemas de vacunación en menores han ido en caída libre, sobre todo en aquellos menores de entre 1 y 2 años.
Y es que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), la primera gran caída en el sistema de vacunación en México se presentó entre 2012 y 2018, cuando se pasó de 77.9% a 35.3% a nivel nacional de esquemas.
Por suerte, en 2021 hubo una mejora, aunque solamente subió unas cuantas décimas ubicándose en 35.8%… Tres años para subir un poco el porcentaje.
A la falta de vacunación se pueden sumar los recientes brotes de tuberculosis y sarampión, presentándose 196 casos de sarampión en 2020 y 11,117 casos de tuberculosis hasta julio de 2022, esto de acuerdo a los datos de la Secretaría de Salud.
Respecto a la caída en la vacunación de menores de entre 1 y 2 años de edad, expertos explican que hay algunos factores que se han juntado para dar paso a esta crisis de salud.
“Un aspecto importante es que el esquema de vacunación ha crecido en el país, se le agregaron biológicos, grupos de población (como en el caso de la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano para adolescentes o la influenza, que se pone cada año a niños y adultos), y lo que se ha discutido en diversos foros, aunque no está medido, es el hecho de que la infraestructura y el personal para vacunar no han crecido al ritmo que requiere una vacunación universal tan grande como la de México”.
Celia Alpuche, directora del Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP)
Falta de vacunas: poca infraestructura y presupuesto
Por otro lado, Alpuche destaca que en México se necesita una red de frío para llevar las vacunas a todo el país, lo que se traduce en una notable falta de infraestructura.
“México es un país grande y complejo; entonces, todos los estados deben tener esas cadenas de frío al 100% para recibir las vacunas y poder acompañar las campañas de vacunación a todos los puntos”.
enfatizó Alpuche.
Sin embargo, otro punto a destacar es la falta de un presupuesto designado por el Gobierno Federal, pues no hay una inversión sostenida.
Judith Senyasen Méndez, coordinadora de Salud y Finanzas del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), asegura que no existe alguna inversión que incremente de manera importante ni oscilante.
De 2013 a 2014, el presupuesto para prevenir enfermedades transmisibles cayó 14.07%. Después, entre 2014 y 2015, subió 25.5%, pero entre 2016 y 2017 volvió a caer en 15.5%.
En 2018 incrementó hasta 25.8%, pero en 2019 volvió a bajar en 5.9%. En 2020, tuvo un repunte de 111.10% y de 30.7% en 2021.
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