Una medusa milimétrica, llamada Turritopsis dohrnii, parece ser la respuesta a la vida eterna, y es que este minúsculo ejemplar es capaz de rejuvenecer a voluntad.
En el reino animal existen distintos animales que parecen ser inmortales, ya sea por su capacidad de regeneración, su longevidad o en este caso, su peculiar habilidad de rejuvenecimiento.
Y es que las medusas inmortales, nombre adquirido a través de los años, parecen ser la respuesta al limitado tiempo de vida que tienen los humanos.
Científicos de la Universidad de Oviedo ha conseguido descifrar en el genoma de este animal y cómo pueden extender su longevidad hasta el punto de evitar su muerte.
Y es que el Turritopsis es capaz de alterar su ciclo natural de vida, pues tiene la capacidad de nacer, crecer, reproducirse y decrecer; volver a crecer, a reproducirse y decrecer a voluntad, las veces que quiera, si no es que algo más acaba con ella.
Sin embargo, el que los científicos hayan podido descifrar su genoma no significa que hayamos encontrado la inmortalidad, pero sí se tiene una mejor idea sobre el genoma de estos seres y su funcionabilidad.
En su investigación, encontraron señales de silenciamiento de genes mediadas por la denominada ruta “Polycomb” y el aumento de la expresión de genes relacionados con la vía pluripotencial celular.
En otras palabras, encontraron la vía por la que las células especializadas puedan des diferenciarse para dar marcha atrás.
“Los diversos mecanismos encontrados en nuestro trabajo actuarían de forma sinérgica como un todo, orquestando así el proceso para asegurar el éxito de rejuvenecimiento de la medusa inmortal”.
investigadora Maria Pascual-Torner
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