El término “FinTech” nace de las palabras “finance technology” y se refiere a empresas que ofrecen productos y servicios financieros, haciendo uso de la tecnología de la información y comunicación.
En México, estas empresas deben ser autorizadas, reguladas y supervisadas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de Rogelio Ramírez de la O, el Banco de México, de Victoria Rodríguez Ceja y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores de Jesús de la Fuente, para su buen funcionamiento.
La autorización otorga la facultad para que las instituciones puedan operar como:
-Instituciones de Fondo de Pago Electrónico (wallet o monederos electrónicos) e instituciones de Financiamiento Colectivo (crowdfunding).
Los servicios que una Fintech puede ofrecer a sus usuarios son limitados, ya que sólo son aquellos que vienen señalados la Ley Fintech, es decir, hay servicios esenciales que quedan excluidos como la facultad de poder ofrecer créditos, garantizar rendimientos, captar recursos para ofrecer ahorros, entre otros.
Por esa razón muchas de las plataformas de finanzas digitales tienen el objetivo de lograr ampliar sus facultades adquiriendo Sociedades Financieras Populares (sofipos) cuya regulación les permite recibir depósitos, expedir y operar tarjetas de débito, otorgar préstamos o créditos, además de recibir y emitir órdenes de pago y transferencias, entre otras cosas.
Las sofipos tienen como objetivo ser entidades financieramente inclusivas y ofrecer servicios bancarios a todos los mexicanos, en especial alcanzar aquellos que se encuentran marginados.
La Asociación Mexicana de Sociedad Financiera Popular (AMSOFIPO), liderada por David Romero Morfín, ha admitido que los avances tecnológicos han permitido la mejora de los procesos de estas sociedades y el alcance de todos los segmentos que buscan atender.
Desafortunadamente, a pesar de los beneficios que puede brindar a la población mexicana, pareciera que la propia CNBV se ha enfocado en priorizar la autorización de nuevas empresas en el sector fintech y no le ha dado la atención necesaria en el sector de las sofipos. Y son varias las que están en la fila.
Cada vez se hace más evidente la necesidad de que la CNBV se enfoque más en el sector popular y agilice los mecanismos para lograr la consolidación de las sofipos pendientes.
Este es el mejor camino para que las plataformas de finanzas digitales, puedan continuar creciendo y sobre todo, atendiendo a las poblaciones que tradicionalmente han estado excluidas del sistema financiero mexicano.
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