El flujo de los recursos invertidos en PEMEX ha sido un tema recurrente en los últimos años.
Sin embargo, las recientes reformas constitucionales, especialmente las que afectan al Poder Judicial, están generando preocupación entre los analistas financieros.
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Estas reformas podrían debilitar las calificaciones crediticias tanto de México como de PEMEX, según la calificadora S&P.
Impacto de la reforma judicial en las finanzas de México
Las modificaciones propuestas al Poder Judicial, como la elección de jueces y ministros, amenazan con disminuir la transparencia y previsibilidad en el manejo institucional de México.
Esto afecta no solo la calificación soberana, sino también la de PEMEX, una empresa pública que ha recibido miles de millones en apoyo gubernamental para mantener su operación.
Este debilitamiento institucional crea incertidumbre en el entorno económico, lo que podría reflejarse en presiones adicionales para la petrolera mexicana.
A pesar de las constantes inversiones, PEMEX sigue siendo una de las empresas más endeudadas del mundo, y cualquier cambio negativo en la calificación crediticia del país afectaría directamente su capacidad para obtener financiamiento a tasas competitivas.
¿Vale la pena seguir invirtiendo en PEMEX?
La pregunta clave es si vale la pena continuar destinando grandes cantidades de recursos a una empresa que parece enfrentar obstáculos constantes para mejorar su desempeño.
La expansión del déficit fiscal, sumada a la incertidumbre creada por la reforma judicial, pone en duda la capacidad de PEMEX para cumplir con sus obligaciones financieras a largo plazo.
Con una economía que lucha por recuperarse y la presión de factores externos como el nearshoring, la estrategia de México respecto a PEMEX y sus políticas económicas generales debe reevaluarse para asegurar la estabilidad a futuro.