No es noticia nueva que después de la aprobación y entrada en vigor de la Ley Rider en España, los repartidores perdieron su flexibilidad, autonomía y buena parte de sus ingresos; mientras que las empresas se han visto obligadas a recurrir a esquemas de subcontratación para “emplear” a los riders. Recientemente, el portal internacional Wired publicó una nota encabezada “A los trabajadores Gig se les prometió un mejor trato. Luego fueron subcontratados”, donde aborda las ventajas y desventajas de estos esquemas.
“Just Eat había anunciado que dejaría atrás el modelo de economía colaborativa dando a sus mensajeros un pago por hora y beneficios bajo lo que se llama su modelo “Scoober”. Pero la letra pequeña mostró que los pasajeros no recibirían estos beneficios directamente de la plataforma. Ahora, Thomas dice que está atrapado entre las dos compañías cuando necesita quejarse de problemas en el trabajo, ‘por ejemplo, pago incorrecto o no cumplir con las horas. Just Eat lo remitiría a Randstad (empresa subcontratista), Randstad lo remitiría de nuevo a Just Eat´”.
Wired hace la aclaración que algunas empresas se están viendo forzadas a probar estos modelos de subcontratación debido a una ola de nuevas legislaciones que les exige asumir más costos por sus flotas de trabajadores, es decir, lo que en España provocó la Ley Rider.
¿Qué podemos sacar de todo esto en México y lo que los propios repartidores han bautizado como la Ley Sheinbaum? La Ley Sheinbaum es el espejo de la Ley Rider, sin embargo, su impacto aquí sería aún más desastroso, ¿por qué? el gobierno federal, a través de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, de Luisa María Alcalde, ha hecho un esfuerzo titánico por combatir el outsourcing. Por esta simple razón, a diferencia de España, ni el outsourcing sería una opción para que las empresas “emplearan” a los repartidores mexicanos.
No por nada cada vez son más las voces de representantes de repartidores mexicanos que, al igual que Jordi Mateo, presidente de Asociación Profesional de Repartidores Autónomos en España, ya están advirtiendo el impacto que miles de repartidores, familias, comercios y restaurantes sufrirán con la aplicación de la Ley Sheinbaum. Esto va desde la pérdida de ingresos, flexibilidad y autonomía para repartidores, la reducción de servicios de delivery, que menos restaurantes y comercios tengan la oportunidad de aprovechar las plataformas y una afectación directa en el servicio para los usuarios finales.
Tome nota, pues los colectivos de repartidores han dejado claro que continuarán haciéndose escuchar en este tema.