La misión Artemis 1 saldrá hacia el espacio el 29 de agosto, pero no despegará sola. Y es que, en su interior, llevará un experimento biológico con el que se medirá la radiación solar.
El experimento lleva por nombre BioSentinel y pondrá células de levadura en órbita heliocéntrica para estudiar los efectos de la radiación.
La misión Artemis tiene como objetivo regresar al ser humano a la Luna, pero BioSentinel será una de las 10 misiones secundarias que también se realizarán en la inmensidad del espacio.
BioSentinel, lejos de medir el nivel de radiación que absorben las células, tendrá su propio mini satélite que llevará consigo muestras de células de levadura (Saccharomyces cerevisiae), un hongo unicelular que comparte un ADN con similitudes al nuestro.
Cubesat, el pequeño satélite de 12 kilos, dejará la nave espacial de la NASA durante la segunda etapa en el camino hacia la Luna, ya que tiene que llegar a una órbita heliocéntrica semejante a la que la Tierra realiza alrededor del Sol.
Artemis 1 y BioSentinel
Sin embargo, en este punto no existe la protección del campo geomagnético de la Tierra, lo que será perfecto para rehidratar las muestras de levadura y dar comienzo al experimento.
BioSentinel analizará los efectos de la radiación en las células de levadura. La radiación en el espacio interplanetario se produce por átomos que viajan a enormes velocidades.
Por ende, los astronautas que viajen al espacio y que se sometan a un proceso similar, están en peligro de ser afectados por la radiación.
Y aunque BioSentinel es importante, este experimento igual será realizado a bordo de la Estación Espacial Internacional.
Tanto Artemis como BioSentinel llevan planeándose desde 2013, por lo que no sólo se llevará al hombre a la Luna una vez más, si no que se podrán obtener datos precisos sobre la radiación en el espacio.
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