Con el paso de Ian, el reciente huracán que ocasionó estragos en la isla de Cuba en la ciudad de Florida, en Estados Unidos, surge la duda de cómo funciona la escala Saffir-Simpson.
La escala Saffir-Simpson ayuda a determinar el nivel y potencia de un huracán, además de medir los posibles daños que puede ocasionar con sus poderosos vientos.
Como tal, existen cinco categorías distintas, de las cuales las tres últimas (3, 4 y 5) corresponden a huracanes mayores y muy peligrosos como lo es Ian.
De acuerdo con esta escala de medición, Ian tiene vientos de 250 kilómetros/hora, lo que corresponde a la categoría 4, aunque también ya roza en la categoría más peligrosa de todas, la número 5.
Esta escala fue creada por el ingeniero de vientos Herb Saffir y el meteorólogo Bob Simpson, director en aquel entonces del Centro Nacional de Huracanes en 1969.
Así se dividen las categorías y sus posibles afectaciones:
Categoría 5
Vientos máximos sostenidos a partir de 252 km/h que ocasionarán daños catastróficos.
Categoría 4
Vientos máximos sostenidos entre 209 y 251 km/h que producirán daños catastróficos.
Categoría 3
Vientos máximos sostenidos de 178 a 208 km/h que pueden ocasionar daños devastadores.
Categoría 2
Vientos máximos sostenidos de 154 a 177 km/h que causarán grandes daños.
Categoría 1
Vientos máximos sostenidos de 119 a 153 km/h que pueden ocasionar uno que otro daño.
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