En un movimiento que parece ser ya la norma en PEMEX, la petrolera ha visto cómo su deuda con proveedores ha alcanzado niveles históricos.
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Durante el actual sexenio, esta deuda se ha triplicado, ascendiendo a 364 mil 814 millones de pesos, una cifra que triplica los 112 mil millones reportados en 2018.
Proveedores en Apuros
El retraso en los pagos de PEMEX ha puesto a muchos de sus proveedores contra la pared.
Empresas grandes y medianas se ven obligadas a reducir operaciones, despedir personal e, incluso, algunas han considerado recurrir al arbitraje internacional debido al incumplimiento de contratos.
Compañías como Cotemar y Halliburton de México están sufriendo los efectos de este impago prolongado.
Las Consecuencias que PEMEX Ignora
Oscar Ocampo, del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), advierte que PEMEX ha optado por demorar pagos a proveedores porque, aparentemente, no enfrenta repercusiones inmediatas significativas.
Sin embargo, esta práctica podría erosionar la relación con sus contratistas y afectar a largo plazo las operaciones de la empresa.
Aunque la petrolera parece ignorar las posibles consecuencias, la creciente deuda podría terminar siendo un problema de proporciones mayores para su futuro operativo.